Fundar DIANA no es solo un acto de activismo; es una respuesta personal a una batalla que he enfrentado en primera línea. Durante los últimos once años, he vivido bajo la sombra del acoso digital, una experiencia que ha marcado profundamente mi vida, tanto en lo personal como en lo profesional.
“Durante más de una década, he sido testigo y víctima del daño que el acoso digital puede infligir en la vida de una persona“. Esta lucha constante contra la violencia invisible, pero dolorosamente real, me ha llevado a una conclusión: nadie debería enfrentar este desafío solo.
“Esta experiencia ha encendido en mí la determinación de asegurar que nadie más tenga que enfrentar estos desafíos solo“.
DIANA nace de una historia personal de resistencia y recuperación, impulsada por la convicción de que podemos y debemos crear un entorno digital más seguro y respetuoso.
Como fundador, mi viaje desde la vulnerabilidad hacia la acción me ha enseñado la importancia del apoyo, la solidaridad y la intervención proactiva. DIANA es el reflejo de esta lección: una organización dedicada a brindar apoyo legal, técnico y emocional a los adultos que enfrentan acoso digital, inspirada en mi propia experiencia y en la necesidad urgente de cambiar la narrativa en torno a este problema.
Este proyecto es más que una iniciativa; es una cruzada personal contra el acoso digital, motivada por años de lucha y la firme creencia en la capacidad de cambio. Con “DIANA – Refugio Digital”, espero ofrecer una luz de esperanza y un camino hacia la recuperación para aquellos que, como yo, han sentido el peso de la hostilidad en el mundo digital.
A través de DIANA me comprometo a liderar este cambio, asegurando que la experiencia de acoso digital que he vivido se convierta en un catalizador para la protección y el empoderamiento de otros.